miércoles, 19 de diciembre de 2012

BASES DEL CERTAMEN










SEGUNDO CERTAMEN NACIONAL DE POESÍA Y RELATO FETICO EL CORTE INGLÉS

1.- Podrán concursar en este premio todos los trabajadores del Grupo de Empresa de El Corte Inglés.
2.- Las obras deberán ser inéditas, escritas en castellano y no premiadas en otros certámenes. El tema será libre, estableciéndose en 50 versos la extensión máxima de los poemas y en cinco folios para el relato. Se presentarán impresas o mecanografiadas, numeradas y por triplicado, letra tamaño 12 y a doble espacio.
3.- Las obras se enviarán en sobre cerrado y se presentarán bajo pseudónimo o lema, que figurará en la primera página de cada ejemplar, así como en el exterior de la plica, como única identificación. En el interior de dicha plica (sobre pequeño) se adjuntarán los siguientes datos: nombre y apellidos del autor, dirección postal y de correo electrónico (si lo tuviera), teléfono de contacto, empresa a la que pertenece y centro de trabajo.
4.- El plazo de presentación finalizará el 15 de marzo de 2013. Remitiéndose a:
FETICO
Avda. Pío XII, 92, local B
28036 Madrid

5.- El jurado estará formado por miembros de Fetico y del mundo de la Literatura y será conocido en el fallo del premio. El jurado actuará con libertad y discreción y las decisiones serán inapelables. Se elegirán cinco finalistas por disciplina para decidir el ganador. El premio no podrá declararse desierto.
6.- Los premios en ambas disciplinas estarán dotados con una cuantía económica de un primer premio de 250€ y segundo premio 100€. De igual forma se entregará un diploma a los otros tres finalistas seleccionados.
7.- El jurado valorará editar un libro con los ganadores y los finalistas.
8.- Los originales no premiados ni finalistas se destruirán tras el fallo del premio, sin que se mantenga correspondencia alguna sobre ellos.
9.- El fallo se hará público el 23 de abril de 2012 siendo comunicado personalmente al autor antes de su difusión en los medios que Fetico estime oportunos. El autor y los finalistas se comprometen a asistir al acto de entrega de premios.
10.- El hecho de concurrir a este premio supone la total aceptación de estas bases.


1 comentario:

  1. En un anciano País
    existió una monarquía
    que comenzó en democracia
    y terminó en anarquía.
    En aquel reino reinaba
    una curiosa familia:
    un Borbón de nuevo cuño
    y una griega algo engreída
    que engendraron dos princesas
    y un príncipe en demasía
    por cumplir con la ley Sálica
    que consagraba la hombría.
    La cosa empezó a torcerse
    con las bodas de las hijas,
    algo ligeras de cascos
    y de moral distraída.
    La mayor, que era algo lela,
    pasó por la vicaría
    con un noble también lelo
    en la ciudad de Sevilla.
    Al poco tiempo parió
    un querubín de revista
    que devino en gamberrete
    con escasa puntería.
    La segunda, buena jaca,
    se cameló a un deportista,
    que dejó a su antigua novia
    y se encoñó con la niña.
    De jaca pasó a coneja
    y cada año paría
    urdangarines de pro,
    chupones de dinastía.
    Y el principito heredero,
    cortejador de coristas,
    cayó por fin en el cebo
    de una artera periodista,
    divorciada y con más mañas
    que la puta Celestina;
    pero falló en la preñez
    por seguir la dinastía
    pues en lugar de un varón
    paría niña tras niña.
    Pero empiezan los problemas
    y la cosa se complica
    por culpa de estos gañanes
    que, de nobleza, ni pizca.
    El noble rancio de Soria,
    bermudas y en zapatillas,
    paseaba por Serrano
    cual jocunda modistilla;
    circulaba en patinete
    con ignorante osadía
    saltándose a la torera
    direcciones prohibidas
    Y el Borbón mandó parar,
    se acabó la algarabía,
    suspendió la convivencia
    y se cargó una familia.
    El chico del balonmano,
    modelo de deportistas,
    se convirtió en un truhán,
    en un vulgar chantajista
    que, siendo duque de Palma,
    tuvo la necia osadía
    de estafar unos millones
    en tan reputada isla.
    Y el Borbón mandó parar,
    porque al duque sugería
    que se marchase del reino
    a ocultar sus fechorías.
    La justicia que no es lerda,
    apeló a su señoría,
    y es fácil que al señorito
    le caigan ciento y un días.
    El príncipe mientras tanto
    afronta esta travesía
    sin saber que el gran patrón
    prepara una felonía.
    Sin encomendarse a nadie
    se ha ido de cacería
    a la sabana africana,
    solito y sin la Sofía,
    sabiendo que a la llegada
    le esperaba mis Corina,
    rubia y jacarandosa,
    cortesana la más fina.
    A la mañana siguiente
    salieron de cacería,
    cacería de elefantes,
    que es una cosa muy fina.
    Parece ser que cobraron
    colmillos de gran valía,
    y a celebrarlo montaron
    una generosa orgía.
    El Borbón de las narices
    como un cosaco bebía,
    y apañó tan regia trompa
    que salió con alegría
    no a por rudos elefantes
    sino a trincarse a Corina
    que lo esperaba anhelante
    tras las leves celosías
    del bungalow colindante.
    Como al pendejo le ardía
    la cosa entre la entrepierna,
    pensando que ya subía
    al catre de aquella fiera,
    aceleró por la prisa
    y tropezó en un tablón
    y tropezó de tal guisa
    que se crujió la cadera
    y se le aflojó la picha.
    Al monarca, trastornado,
    llevan a la enfermería,
    y al ver que es cosa muy seria
    llaman a Cancillería
    para repatriar al bobo
    y salvar la Monarquía.
    Corina, desconsolada,
    triste, sola y compungida,
    se consoló con un negro,
    muy bien armado y sin prisas.
    Mientras, la consorte griega
    celebra Pascua Florida
    blasfemando porque el Rey
    la cuernea con Corina.
    Esta es la historia,señores,
    del reino de Picardía,
    donde los nobles y reyes
    ejercen con alegría
    un papel desvergonzado,
    las más torpes tropelías,
    mientras el pueblo se jode
    y no le encuentra salida
    a los más duros problemas
    de su aperreada vida.

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